Fue en
la primavera de sus vidas
Que
ambos se encontraron
Él
diecisiete, quince ella
Y casi
con inocencia se amaron
En la
tarde poblada de aromas fragantes
Él le
declaró su amor
Y ella,
con las pupilas brillantes
Le dijo
que sí, con pudor
Y
caminaron tomados de la mano
Por
calles, parques y plazas
La
primavera estaba en sus ilusiones
Haciendo
con fuerza latir sus corazones
A aquel
primer tímido beso
Que el
muchacho le robó
Siguieron
un alud de caricias
Que su
enamorada, le ofreció
Es ese
amor, primero e inolvidable
Y por
siempre memorable
Al que
nostálgicamente recordamos
En
algunos momentos de la vida
Cuando
por ella transitando vamos
Mientras
la odiosa rutina
Se
encarga de matar las ilusiones
Y de
aletargar los corazones
Seguramente
otros amores y pasiones
Después,
en el futuro, llegarán
Pero
absolutamente ninguno
La
pureza del primer amor tendrá.
(c) Armando S. Fernández
(c) Armando S. Fernández
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